jueves, 1 de febrero de 2018

ESTUDIO BÍBLICO JUAN 18


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

Joh 18:1  Cuando Jesús terminó de orar,  salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón.  Al otro lado había un huerto en el que entró con sus discípulos.
Joh 18:2  También Judas,  el que lo traicionaba,  conocía aquel lugar,  porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos.
Juan describe el momento en el que Jesús es aprendido por los soldados luego de compartir el pan y el vino con sus discípulos, y hace referencia especial de Judas como el que lo traicionaba, y que sabía seguramente que luego de salir del lugar en donde compartían el pan, irían a este huerto que Jesús frecuentaba con sus discípulos. Judas lo había planeado todo con premeditación.
Joh 18:3  Así que Judas llegó al huerto,  a la cabeza de un destacamento de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos.  Llevaban antorchas,  lámparas y armas.
Judas aparece bien preparado ante cualquier revuelta por lo que va acompañado de soldados romanos y los guardias de los sacerdotes y fariseos, de modo que estando armados no puedan tomar ninguna represalia en su contra, y si se presenta alguna revuelta pueda ser sofocada inmediatamente. Es terrible que alguien a quien has amado te traicione, y más cuando has dedicado tu tiempo y energía para enseñarle sobre la vida espiritual, pero todo esto sucede en Cristo para que nosotros también comprendamos que la traición nos puede acaecer en cualquier momento y es probable que venga de personas cercanas.
Joh 18:4  Jesús,  que sabía todo lo que le iba a suceder,  les salió al encuentro.  --¿A quién buscan?  --les preguntó.
Jesús nuevamente hace gala de su presciencia la cual le acompaño siempre y se hizo más evidente durante su ministerio terrenal, característica que solo es equiparable con la de su Padre, lo cual nos habla de la profunda relación que hay entre ellos por medio de la unidad. Jesús con valentía sale a su encuentro, ya ha orado y sabe que debe enfrentar la voluntad del Padre, cuanto amor hay en cada una de sus acciones.
Joh 18:5  --A Jesús de Nazaret --contestaron.  --Yo soy.  Judas,  el traidor,  estaba con ellos.
Juan descubre el momento en el que todos los discípulos se dan cuenta que Judas el traidor aparece en escena. Es triste que alguien que pudo ser de los suyos más cercanos, haya preferido el dinero y el honor de los hombres, antes que el de su maestro. De allí que siempre se le nombre como el traidor, su historia es el vivo recuerdo de que Jesús también lo soporto con paciencia y la traición puede aparecer en cualquier momento de nuestras vidas.
Joh 18:6  Cuando Jesús les dijo:  "Yo soy",  dieron un paso atrás y se desplomaron.
Aquí el poder de Jesús se hace evidente al hablar y hacer que todos los soldados entrenados para la batalla, junto con los guardias de los sacerdotes y fariseos cayeran desplomados. Esto nos dice que aunque Jesús tenía el poder para librarse a si mismo de aquella traición y lo que seguiría, él prefirió siempre obedecer la voluntad de su Padre por amor.
Joh 18:7  --¿A quién buscan?  --volvió a preguntarles Jesús.  --A Jesús de Nazaret --repitieron.
Joh 18:8  --Ya les dije que yo soy.  Si es a mí a quien buscan,  dejen que éstos se vayan.
Devolviendo la pregunta de forma que se levantaran y siguieran adelante con su cometido, ellos responden que buscan a Jesús de Nazaret, nombre con el que se le había dado a conocer, pues aunque era nacido de Belén, vivió mucho tiempo en Nazaret. Jesús también interviene para cuidar de sus discípulos, de modo que ellos puedan huir y no ser llevados junto con él.
Joh 18:9   Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho:  "De los que me diste ninguno se perdió."
Todo lo que sucede en la vida de Jesús está rodeado de profecía, su nacimiento, sus viajes, sus obras, su vida es muestra de la perfección de Dios y como éste obra en la vida del hombre. Aquí la palabra que se cumple es de Jesús mismo quien en Juan 6:39 lo había profetizado.
Joh 18:10   Simón Pedro,  que tenía una espada,  la desenfundó e hirió al siervo del sumo sacerdote,  cortándole la oreja derecha.  (El siervo se llamaba Malco.)
Joh 18:11  --¡Vuelve esa espada a su funda!  --le ordenó Jesús a Pedro--.  ¿Acaso no he de beber el trago amargo que el Padre me da a beber?
Juan no describe la totalidad de los eventos aquí acaecidos, por otro evangelista sabemos que aunque Pedro corto la oreja de Malco en un acto de evidente imprudencia, Jesús el devuelve su oreja a Malco, evento que de seguro debía haber desconcertado a aquellos soldados que esperaban mayor resistencia. Jesús confía plenamente en la voluntad del Padre, de allí que se entregue sin pelear, y nos enseña que si sabemos recibir lo bueno de Dios, porque no hemos de aceptar aquello que nos parece malo, si todo es para su gloria y majestad, reconociéndole Señor de nuestras vidas.
Joh 18:12   Entonces los soldados,  con su comandante,  y los guardias de los judíos,  arrestaron a Jesús.  Lo ataron
Joh 18:13  y lo llevaron primeramente a Anás,  que era suegro de Caifás,  el sumo sacerdote de aquel año.
Los soldados junto con su comandante apresaron a Jesús, le ataron como a un criminal a pesar de no haber hecho resistencia, y lo llevaron ante aquellos que le requerían, lo que demuestra el temor que tenían los sacerdotes judíos contra Jesús.
Joh 18:14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos que era preferible que muriera un solo hombre por el pueblo.
La preocupación de Caifás sobre Jesús se basaba en el temor hacia los hombres, el temor se lo producía el que probablemente Jesús formara una revuelta en contra de los romanos o contra ellos y que terminara por acabar con su pueblo. l prefería congraciarse con sus enemigos, antes que con aquel a quien debería responder por su sacerdocio, le prefería muerto antes que perder su posición o liderazgo sobre su nación. Es increíble que un hombre a quien el pueblo consideraba el hombre más espiritual de su nación, sea aquel que prefiera que muera el mesías esperado. Esto nos demuestra que podemos estar en una posición de liderazgo espiritual y no conocer la voluntad de Dios, si no pasamos tiempo en su presencia para conocerle.
Joh 18:15  Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús.  Y como el otro discípulo era conocido del sumo sacerdote,  entró en el patio del sumo sacerdote con Jesús;
Joh 18:16  Pedro,  en cambio,  tuvo que quedarse afuera,  junto a la puerta.  El discípulo conocido del sumo sacerdote volvió entonces a salir,  habló con la portera de turno y consiguió que Pedro entrara.
Es probable que Pedro fuese acompañado por Juan y por eso este puede hacer un recuento de aquello que sucedió en ese momento que no todos mencionan. Pedro y el discípulo entran al patio del sumo sacerdote siguiendo a Jesús probablemente buscando la forma de saber lo que sucedía. Pedro logra entrar por la intercesión del otro discípulo.
Joh 18:17  --¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?  --le preguntó la portera.  --No lo soy --respondió Pedro.
Pero al ingresar Pedro es acusado de ser un discípulo de Jesús a lo que Pedro responde negándolo rotundamente, primera vez en que le niega flagrantemente, aun en presencia de otro discípulo.
Joh 18:18  Los criados y los guardias estaban de pie alrededor de una fogata que habían hecho para calentarse,  pues hacía frío.  Pedro también estaba de pie con ellos,  calentándose.
Pedro luego de negarle por primera vez, entra y no siente remordimiento alguno de lo que ha dicho, mientras tanto espera con los criados y guardias el veredicto del sumo sacerdote.
Joh 18:19  Mientras tanto,  el sumo sacerdote interrogaba a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas.
Ahora entra en escena Caifás para interrogar a Jesús sobre sus enseñanzas, primero fue recibido por Anás su suegro, lo que nos habla de la cercana relación que tenían y de cómo el poder sacerdotal se había corrompido por los hombres, al darle una posición privilegiada a Anás solo por ser el suegro de Caifás.
Joh 18:20  --Yo he hablado abiertamente al mundo --respondió Jesús--.  Siempre he enseñado en las sinagogas o en el templo,  donde se congregan todos los judíos.  En secreto no he dicho nada.
Joh 18:21  ¿Por qué me interrogas a mí?  ¡Interroga a los que me han oído hablar!  Ellos deben saber lo que dije.
Jesús es recriminado por sus enseñanzas a lo que el responde que siempre hablo en público para que todos oyeran, nunca en secreto. De modo, que mejor debiera proceder buscando a aquellos que le oyeron para interrogarles primero a ellos, pero no era eso lo que el sumo sacerdote buscaba, es evidente que solo quiere mostrarle quien manda sobre los judíos, mostrando su poder para intimidarle.
Joh 18:22  Apenas dijo esto,  uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo:  --¿Así contestas al sumo sacerdote?
Uno de los guardias queriendo apabullar al preso Jesús le golpea con una bofetada, como pidiendo respeto por la autoridad de Caifás, práctica frecuente ante la insolencia del acusado, pero Jesús no habla con insolencia, sino que reconoce sus derechos y habla sabiamente, si el realmente quisiera saber lo que Jesús ha enseñado, la ley pedía que se tuviera allí testigos presenciales, pero este interrogatorio esta fuera de toda formalidad, es injusto y pernicioso.
Joh 18:23   --Si he dicho algo malo --replicó Jesús--,  demuéstramelo.  Pero si lo que dije es correcto,  ¿por qué me pegas?
Es entonces que Jesús responde que demuestre si él ha dicho algo malo a lo que el guardia no pudo argumentar, su defensa es justa y el procedimiento que llevan a cabo es totalmente injusto. Muchas veces el poder actúa fuera de la ley por el abuso de la autoridad que se les ha delegado.
Joh 18:24  Entonces Anás lo envió, todavía atado,  a Caifás,  el sumo sacerdote.
Parece que ni siquiera Caifás se encontraba allí presente durante el interrogatorio y quien representaba la autoridad del sumo sacerdote era su suegro, otra muestra más del abuso de poder que se daba en los poderes sacerdotales del templo.
Joh 18:25  Mientras tanto,  Simón Pedro seguía de pie,  calentándose.  --¿No eres tú también uno de sus discípulos?  --le preguntaron.  --No lo soy --dijo Pedro,  negándolo.
Pedro niega por segunda vez a su maestro y aún sigue haciéndolo de forma inconsciente protegiendo su integridad ante aquellos que le incriminan. Muchas veces el temor puede hacer que neguemos nuestra fe en Jesús, su testimonio nos sirve para confrontar nuestra negligencia espiritual y cuidar aquello que decimos, pues muchas veces nuestras palabras o acciones niegan lo que creemos o lo que decimos creer.
Joh 18:26  --¿Acaso no te vi en el huerto con él?  --insistió uno de los siervos del sumo sacerdote,  pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja.
Joh 18:27  Pedro volvió a negarlo,  y en ese instante cantó el gallo.
Juan hace el recuento de la negación de Jesús por parte de Pedro, aunque no hace mucho hincapié en lo que pasa con Pedro luego de aquel momento, en el cual Pedro se aparta y reacciona ante lo sucedido. Los cuatro evangelios cuentan esta historia a modo de hacernos recapacitar sobre lo que significa negar a Jesús y la necesidad de ser honestos y verdaderos discípulos capaces de enfrentar la muerte por nuestra convicción de seguir a Jesús como nuestro Señor.
Joh 18:28  Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya amanecía,  los judíos no entraron en el palacio,  pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.
Aquí otra muestra más de la hipocresía de los sacerdotes judíos, quienes estaban actuando mal al tomar preso a Jesús sin justa causa, pero si se preocupaban de los rituales por seguir ante el pueblo.
Joh 18:29  Así que Pilato salió a interrogarlos:  --¿De qué delito acusan a este hombre?
Joh 18:30  --Si no fuera un malhechor --respondieron--,  no te lo habríamos entregado.
Ellos queriendo que sean los romanos quienes ajusticien a Jesús y librar así su culpa, le llevan a Jesús de modo que pueda ser juzgado y crucificado por ellos.
Joh 18:31  --Pues llévenselo ustedes y júzguenlo según su propia ley --les dijo Pilato.  --Nosotros no tenemos ninguna autoridad para ejecutar a nadie --objetaron los judíos.
Aunque ellos tenían la autoridad que los romanos les habían otorgado para juzgar y darle muerte por su propia mano, ellos hipócritamente prefieren que sean los romanos quienes lo ejecuten. Para librar responsabilidades.
Joh 18:32  Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho,  al indicar la clase de muerte que iba a sufrir.
Juan hace referencia al hecho de que esto tenía que suceder para que se diera la muerte en la cruz, si Jesús era ejecutado por los judíos su muerte no habría sido en la cruz, pero ahora que los romanos tomaban el control sobre su persona, todo se iba cumpliendo según sus designios. Para Dios aun aquellas cosas que parecen descabelladas, esos cambios repentinos o esas cosas que pareen contrarias también están bajo el control supremo de su voluntad.
Joh 18:33  Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús.  --¿Eres tú el rey de los judíos?  --le preguntó.
Pilato recibe las acusaciones de los sacerdotes judíos, quienes culpan a Jesús de autoproclamarse rey de los judíos, por lo cual le pregunta sobre la acusación.
Joh 18:34  --¿Eso lo dices tú --le respondió Jesús--,  o es que otros te han hablado de mí?  
Jesús no responde ni si, ni no, reconoce que así es como el mismo lo está llamando, y le pregunta si su acusación proviene de el mismo o si proviene de otros. Jesús no necesita autoproclamarse rey de los judíos, las evidencias deberían hablar por él, pero todo esto sucede para que se cumpla la voluntad del Padre y se revele la ignorancia de su pueblo sobre el mesías esperado.
Joh 18:35  --¿Acaso soy judío?  --replicó Pilato--.  Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí.  ¿Qué has hecho?
Pilato se defiende refiriendo que no es judío, y que ha sido su propio pueblo el que le ha rechazado, por lo cual no sabe siquiera que es lo que ha hecho.
Joh 18:36  --Mi reino no es de este mundo --contestó Jesús--.  Si lo fuera,  mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran.  Pero mi reino no es de este mundo.
Jesús responde dándonos a conocer que su reino, el reino de los cielos no pertenece a este mundo o a esta dimensión, si así hubiera sido de seguro quienes le protegen impedirían su arresto, pero de nuevo le reconviene diciendo que su reino no es de este mundo, pertenece a la esfera espiritual que trasciende al mundo terrenal.
Joh 18:37  --¡Así que eres rey!  --le dijo Pilato.  --Eres tú quien dice que soy rey.  Yo para esto nací,  y para esto vine al mundo:  para dar testimonio de la verdad.  Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.
Pilato reconoce que con lo que ha dicho Jesús, reconoce que es rey, a lo que Jesús responde que es el quien ha llegado a esa conclusión. Luego Jesús reconoce el propósito por el que está en la tierra se está cumpliendo al estar allí, dando testimonio de la verdad ante todas las autoridades. Y revela que todo aquel que está de parte de la verdad escucha su voz, pero quien no tiene la verdad está en su contra.
Joh 18:38  --¿Y qué es la verdad?  --preguntó Pilato.  Dicho esto,  salió otra vez a ver a los judíos.  --Yo no encuentro que éste sea culpable de nada --declaró--.
Pilato esta frente a la verdad misma y aunque la tiene allí, no la puede ver porque no está de parte de la verdad, sino que está ciego. A pesar de ello, no puede encontrar razón alguna para culpar a Jesús.
Joh 18:39  Pero como ustedes tienen la costumbre de que les suelte a un preso durante la Pascua,  ¿quieren que les suelte al 'rey de los judíos'?
Pilato queriendo librarse de aquel injusto juicio, les recuerda que ellos pueden según la costumbre soltar a un preso durante la pascua y les pregunta si quieren que suelte a Jesús su rey.
Joh 18:40  --¡No,  no sueltes a ése;  suelta a Barrabás!  --volvieron a gritar desaforadamente.  Y Barrabás era un bandido.*
No queriendo soltar a Jesús piden que mejor liberen a Barrabas quien si era un bandido convicto. Así es la ceguera espiritual, puedes aparentar pertenecer al pueblo de Dios, a su liderazgo y aun estar acusando a Jesús como bandido injustamente. Este evento nos recuerda que debemos conocer la verdad para que esta nos libere del influjo de la maldad de nuestro corazón que no razona libremente, sino que esta cautiva por sus pasiones y deseos.

1 comentario:

  1. Muy buen estudio Biblico, me a ayudado bastante a conocer la Biblia para la bendción de mi vida. Muchas gracias.Dios siga bendiciendo su vida, su familia, su ministeriio.

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Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones