martes, 29 de agosto de 2017

ESTUDIO BÍBLICO JUAN 9


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

Joh 9:1  A su paso,  Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
Joh 9:2  Y sus discípulos le preguntaron:  --Rabí,  para que este hombre haya nacido ciego,  ¿quién pecó,  él o sus padres?
Joh 9:3  --Ni él pecó,  ni sus padres --respondió Jesús--,  sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.
El religioso concibe el pecado como la desgracia del hombre, pero para Dios hay caminos más complejos, mientras todos creían que si un hombre nacía ciego era por su pecado o el de sus padres, Jesús derriba tales argumentos y les dice que eso sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente. Nuestras limitaciones, defectos y problemas hacen que Dios sea glorificado cuando los demás ven su obrar en nosotros. Este hombre no podía ver, pero sus otros sentidos probablemente le hacían que más fácilmente pudiera percibir a Dios. Nuestros ojos nos distraen de lo esencial, pero aquellos que no ven son aventajados en el camino espiritual, pues esta libres de una de las más grandes distracciones, así que les es más probable volverse a Dios con facilidad.
Joh 9:4  Mientras sea de día,  tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió.  Viene la noche cuando nadie puede trabajar.
Este pasaje también se aplica para el creyente que debe procurar llevar la luz de Cristo a todo lugar al que sea enviado, para que mientras esta permanece se pueda obrar en favor de los hombres.
Joh 9:5  Mientras esté yo en el mundo,  luz soy del mundo.
Jesús es la luz del mundo, y con su luz limpio nuestros ojos de las tinieblas que los cubrían, ahora ha dejado a su iglesia para que continúe siendo su luz llevándola a donde hay oscuridad y necesidad.
Joh 9:6  Dicho esto,  escupió en el suelo,  hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego,  diciéndole:
Joh 9:7  --Ve y lávate en el estanque de Siloé  (que significa:  Enviado).  El ciego fue y se lavó,  y al volver ya veía.
Todos los milagros que Jesús hizo se valió de la fe del necesitado y uso aquello que tenía a la mano, en este pasaje en particular el ciego es untado con barro y le envía a lavarse a un estanque llamado Siloé que significa en el original enviado, lo cual nos habla sobre el ser limpiados y sanados al cumplir con lo ordenado por Cristo, aquello a lo cual fuimos enviados.
Joh 9:8  Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían:  "¿No es éste el que se sienta a mendigar?"
Joh 9:9  Unos aseguraban:  "Sí,  es él."  Otros decían:  "No es él,  sino que se le parece."  Pero él insistía:  "Soy yo."
Joh 9:10  --¿Cómo entonces se te han abierto los ojos?  --le preguntaron.
Joh 9:11  --Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro,  me lo untó en los ojos y me dijo:  'Ve y lávate en Siloé.' Así que fui,  me lavé,  y entonces pude ver.
Joh 9:12  --¿Y dónde está ese hombre?  --le preguntaron.  --No lo sé --respondió.
Juan evidencia lo que sucedió después de aquella sanidad, en donde los que le conocían le reconocieron y le preguntaron lo que había sucedido, y demuestra que este hombre no tenía una revelación mayor de Jesús, más que su nombre, pero aun así fue sano para que el poder de Dios se hiciera manifiesto.
Joh 9:13  Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
Joh 9:14  Era sábado cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos al ciego.
Joh 9:15  Por eso los fariseos,  a su vez,  le preguntaron cómo había recibido la vista.  --Me untó barro en los ojos,  me lavé,  y ahora veo --respondió.
Joh 9:16  Algunos de los fariseos comentaban:  "Ese hombre no viene de parte de Dios,  porque no respeta el sábado."  Otros objetaban:  "¿Cómo puede un pecador hacer tales señales?"  Y había desacuerdo entre ellos.
Joh 9:17  Por eso interrogaron de nuevo al ciego:  --¿Y qué opinas tú de él?  Fue a ti a quien te abrió los ojos.  --Yo digo que es profeta --contestó.
Este inesperado milagro maravilloso supuso un evento extraordinario que trastoco la cotidianidad de aquella comunidad, de tal forma que fue llevado ante los fariseos quienes eran los líderes religiosos de aquel lugar para que vieran lo que había sucedido. Juan aclara que el día en que sucedió este milagro era sábado con una doble connotación, primero que Jesús era Señor del sábado y la otra para hacer notorio como el hombre se había adueñado de este día con sus normas y legalismos religiosos. Mientras unos se maravillaban por lo que veían como una evidencia del poder de Dios otros solo se preocupaban por las formalidades, el hecho de que el milagro hubiese sido hecho en sábado y que según ellos esto significaba que no respetaba el sábado. Muchas veces el sistema religioso constriñe el poder de la verdad que es evidente, pero que puede ser tergiversada por los legalistas. Aquí se hace notoria la revelación pobre que aquel hombre tenía de Jesús al cual solo veía como un profeta, pero esto no le impidió ser sano.
Joh 9:18  Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y que ahora viera,  y hasta llamaron a sus padres
Joh 9:19  y les preguntaron:  --¿Es éste su hijo,  el que dicen ustedes que nació ciego?  ¿Cómo es que ahora puede ver?
Joh 9:20  --Sabemos que éste es nuestro hijo --contestaron los padres--,  y sabemos también que nació ciego.
Joh 9:21  Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver,  ni quién le abrió los ojos.  Pregúntenselo a él,  que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.
Joh 9:22  Sus padres contestaron así por miedo a los judíos,  pues ya éstos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.
Joh 9:23  Por eso dijeron sus padres:  "Pregúntenselo a él,  que ya es mayor de edad."
Este milagro sigue causando revuelo, tanto que tuvieron que llamar a los padres del ciego a quienes los mismos padres reconocieron y dejaron ver el temor que tenían a los fariseos por medio de su poder religioso de expulsarlos de la sinagoga. Muchas son las veces que el sistema religioso manipula al pueblo solo por el temor que puede causar las decisiones que toman y palabras que dicen, las cuales podrían desprestigiarte y apartarte de la comunidad.
Joh 9:24  Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego,  y le dijeron:  --Júralo por Dios.* A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.
Joh 9:25  --Si es pecador,  no lo sé --respondió el hombre--.  Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.
Joh 9:26  Pero ellos le insistieron:  --¿Qué te hizo?  ¿Cómo te abrió los ojos?
Joh 9:27  --Ya les dije y no me hicieron caso.  ¿Por qué quieren oírlo de nuevo?  ¿Es que también ustedes quieren hacerse sus discípulos?
Joh 9:28  Entonces lo insultaron y le dijeron:  --¡Discípulo de ése lo serás tú!  ¡Nosotros somos discípulos de Moisés!
Joh 9:29  Y sabemos que a Moisés le habló Dios;  pero de éste no sabemos ni de dónde salió.
Seguramente entre los mismos fariseos tal testimonio del poder de Dios no les dejo tranquilos, así que de nuevo le traen ante ellos para que comparezca, y vuelven a preguntarle lo mismo, técnica que se usaba para saber si las dos versiones eran iguales o si eran un engaño, pero, él les responde diciéndoles que ya se los había dicho, y por qué querían volverlo a oír, si era que querían volverse sus discípulos a lo cual de forma orgullosa responden que eso lo sería mejor él, ellos se vanaglorian de ser discípulos de Moisés por seguir las tradiciones y escritos que el mismo les había dejado, lo cual solo hacían en apariencia, mientras su corazón se hallaba lejos de Dios.
Joh 9:30  --¡Allí está lo sorprendente!  --respondió el hombre--:  que ustedes no sepan de dónde salió,  y que a mí me haya abierto los ojos.
Joh 9:31   Sabemos que Dios no escucha a los pecadores,  pero sí a los piadosos y a quienes hacen su voluntad.
Joh 9:32   Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que nació ciego.
Joh 9:33   Si este hombre no viniera de parte de Dios,  no podría hacer nada.
Joh 9:34   Ellos replicaron:  --Tú,  que naciste sumido en pecado,  ¿vas a darnos lecciones?  Y lo expulsaron.
El hombre inspirado por Dios les sorprende respondiendo con sabiduría, el reconoce lo sorprendente de un hombre que no se sabe de dónde viene pero hacia milagros, no para su vanagloria, sino para que la voluntad de Dios se cumpliese. Reconoce además que Dios no escucha a los pecadores, pero si a los que hacen su voluntad, que tremenda respuesta. Este tipo de milagros no eran comunes, aun dice que jamás se ha sabido de alguien que haya hecho lo que Jesús hizo, y si no proviniera de Dios nada podría hacer, sus palabras muestran que él estaba comprendiendo que Jesús era un enviado de Dios, aunque no supiera que era su hijo o tuviera la teología correcta sobre quien era, igualmente le defiende. A lo que los fariseos indignados al verse confrontados en sus cuestionamientos le dicen que es nacido de pecado y ahora pretende aleccionarles. Simples argumentos sin ninguna base para desprestigiar a quien con sabias palabras y no con doctrina cree y confía en aquel que vino de Dios. Una fe sencilla argumento ante la sapiencia del hombre y les derroto, al verse caídos, solo pudieron mentir para defenderse. Esto sucede con frecuencia, cuando alguien no tiene buenos argumentos usa la irracionalidad, la burla, la mentira para desprestigiar y atacar a quien le confronta.
Joh 9:35   Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre,  y al encontrarlo le preguntó:  --¿Crees en el Hijo del hombre?
Joh 9:36  --¿Quién es,  Señor?  Dímelo,  para que crea en él.
Joh 9:37  --Pues ya lo has visto --le contestó Jesús--;  es el que está hablando contigo
Joh 9:38   --Creo,  Señor --declaró el hombre.  Y,  postrándose,  lo adoró.
Joh 9:39   Entonces Jesús dijo:  --Yo he venido a este mundo para juzgarlo,  para que los ciegos vean,  y los que ven se queden ciegos.
Jesús sabe que lo que este hombre ha hecho por voluntad divina necesita la confirmación para que la fe sea completa. Le busca hasta encontrarle y le pregunta que si cree en el mesías enviado de Dios, conocido en el judaísmo como el Hijo del hombre, a lo cual con humildad responde: -¿quién es?- Jesús le confirma que es el, así que el hombre sin dar lugar a la duda, cree, se postra y le adora. Jesús recibe adoración, algo que solo estaba disponible para Dios, si el no fuese uno con el Padre, no podría recibirla porque con ello deshonraría a Dios. Otro argumento que fortalece la tesis de la triunidad divina. La revelación de Cristo siempre es progresiva, empieza con la fe, pero se perfecciona en la adoración y la rendición de nuestras vidas a él y su enseñanza.
Joh 9:40   Algunos fariseos que estaban con él,  al oírlo hablar así,  le preguntaron:  --¿Qué?  ¿Acaso también nosotros somos ciegos?
Joh 9:41   Jesús les contestó:  --Si fueran ciegos,  no serían culpables de pecado,  pero como afirman que ven,  su pecado permanece.

Este capítulo termina con una afirmación poderosa por parte de Jesús en la que dice que los ciegos, aquellos que no ven su pecado, no serán culpables de pecado, sino aquellos que afirman que ven, pero que son deshonestos con Dios al no reconocer su pecado. Los fariseos siempre fueron confrontados con sus enseñanzas, pues ellos creían conocer las escrituras, pero en Cristo veían como lo que creían se desvanecía en medio de la sencillez de sus enseñanzas. La arrogancia del conocimiento puede hacer que creamos que estamos bien cuando en realidad necesitamos reconocer nuestra ceguedad para poder ver con su luz.

6 comentarios:

  1. Excelente análisis. Mucha claridad en la explicación. Muchas gracias por esta ayuda.Bendiciones

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  2. Me encanta, ver las explicaciones de las Escrituras. Es de gran ayuda para mi y mis clases. Gracias. Bendiciones

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  3. Dios les bendiga, gracias son muy valiosos los estudios biblicos para comprender las escrituras. gracias desde Honduras.

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Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones