jueves, 14 de mayo de 2015

ESTUDIO BÍBLICO 1 TESALONICENSES 2


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

1Th 2:1  Hermanos,  bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso.
Todo lo que se hace en pos de la verdad y guiado por el Espíritu, aunque parezca simple, o que no tuvo la preponderancia de otros momentos o situaciones, siempre tiene un propósito, y por lo tanto lo hecho en cada visita siempre contara.
1Th 2:2  Y saben también que,  a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos,  cobramos confianza en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha.
De nuevo podemos ver como el sufrimiento y la aflicción generan en el creyente una mayor confianza en el amor y el poder de Dios, lo que conllevo que pudieran predicar en medio de aquellas luchas, lo cual no es fácil, pues cuando se sufre las emociones y el pensamiento pueden ser nublados.
1Th 2:3  Nuestra predicación no se origina en el error ni en malas intenciones,  ni procura engañar a nadie.
Es importante reconocer el origen de nuestra predicación, pues “de lo que hay en el corazón habla nuestra boca”, puede que llevados o motivados por la presión, el sufrimiento, la necesidad, o el ego, sin darnos cuenta nuestra predicación encuentre su origen en malas intenciones, o el engaño. Pero cuando nuestra predicación se origina en la verdad, el amor y la fe, entonces se revelara el poder de Dios que se encuentra en ella.
1Th 2:4  Al contrario,  hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio:  no tratamos de agradar a la gente sino a Dios,  que examina nuestro corazón.
Debemos entender que el corazón del hombre debe ser probado y aprobado por Dios, para que pueda ser confiado sobre nuestras vidas su mensaje, para que afirmados en la fe, nos limpiemos de todo engaño, y podamos reconocer en nuestro interior de donde proviene nuestro mensaje, el cual nunca puede estar dirigido a agradar a la gente, pues Dios que examina nuestros corazones nos permitirá hablar con verdad aunque esta genere confrontación.
1Th 2:5  Como saben,  nunca hemos recurrido a las adulaciones ni a las excusas para obtener dinero;  Dios es testigo.
La predicación tampoco debe estar destinada a la consecución de recursos, pues cuando se busca ello, el mensaje verdadero queda de lado, y el poder de Dios se hace infructuoso para llegar al corazón del hombre. La adulación es una estrategia del hombre, al igual que las excusas, para que se pueda lograr un objetivo, mas este nunca provendrá de Dios.
1Th 2:6  Tampoco hemos buscado honores de nadie;  ni de ustedes ni de otros.
De igual manera cuando buscamos el honor de los hombres despreciamos el mensaje que se nos ha encomendado, todo honor y gloria pertenecen a Cristo y a él servimos.
1Th 2:7  Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes,  los tratamos con delicadeza.* Como una madre* que amamanta y cuida a sus hijos,
Como enviados del Señor, muchos han exigido la gloria y el honor de los hombres, pero los verdaderos enviados, no son exigentes en cuanto a esto, lo son en cuanto al amor y la disciplina de Dios, lo cual compara el apóstol con una madre que amamanta y cuida de sus  hijos, de igual manera Dios nos usa para cuidar, nutrir, y ayudar en el desarrollo del creyente, con el mismo sentido de pertenencia y familiaridad que puede tener una madre por sus hijos.
1Th 2:8  así nosotros,  por el cariño que les tenemos,  nos deleitamos en compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra vida.  ¡Tanto llegamos a quererlos!
El amor que se percibe hacia los hermanos cuando se vive en unidad con Dios es poderoso, tan poderoso puede llegar a ser como el vínculo familiar de incondicionalidad, entrega y servicio en amor.
1Th 2:9  Recordarán,  hermanos,  nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios,  y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga.
A veces es difícil reconocer el esfuerzo físico, mental y emocional que puede ser el proclamar la verdad, todo con la intensión de no ser gravosos a la iglesia o a los creyentes. Pero este desgaste es real y se necesita ser consiente de el para valorar el servicio de los que predican.
1Th 2:10  Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa,  justa e irreprochable.
Nuestro comportamiento habla muchas veces más fuerte que nuestras palabras, pues es en el en donde verdaderamente se nota la obra de Dios en nuestras propias vidas y en la vida de aquellos que sirven.
1Th 2:11  Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos.  
El amor paternal y maternal fluye del creyente como una fuente inagotable de vida para con sus hermanos, hijos y servidores. El trato de un padre incluye cuidado, ánimo, protección, guía, consuelo, consejo, amor y compresión.
1Th 2:12  Los hemos animado,  consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios,  que los llama a su reino y a su gloria.
Como padres espirituales en Cristo, debemos dar animo al que se encuentra abatido, consuelo al acongojado y exhortación a que esta errado, pues es de esta manera cómo podemos vivir y servir como olor fragante a Dios, que llamándonos a su reino y gloria, nos permite disfrutar en él, de toda su creación. Un verdadero padre espiritual se preocupa por el ánimo emocional, el consuelo espiritual, y la exhortación clara por la verdad.
1Th 2:13  Así que no dejamos de dar gracias a Dios,  porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos,  la aceptaron no como palabra humana sino como lo que realmente es,  palabra de Dios,  la cual actúa en ustedes los creyentes.
La palabra de Dios debe ser oída, y aceptada por el corazón del hombre para que pueda obrar en él y transformar su corazón. Quien confronta las escrituras como palabra de hombres, aún no ha comprendido por la gracia de Dios, de lo que hablamos, y como no lo comprende para él es locura.
1Th 2:14  Ustedes,  hermanos,  siguieron el ejemplo de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea,  ya que sufrieron a manos de sus compatriotas lo mismo que sufrieron aquellas iglesias a manos de los judíos.
La iglesia sufre y sufrirá siempre persecución, pues al hombre no le gusta ser confrontado por la verdad, ¿quién fuera de Dios puede ser exhortado y recibirlo con mansedumbre?.
1Th 2:15  Éstos mataron al Señor Jesús y a los profetas,  y a nosotros nos expulsaron.  No agradan a Dios y son hostiles a todos,
La ira del hombre se levanta contra la verdad, y con ella han destruido, expulsado y degradado a sus portadores, mas su comportamiento solo implica su ceguera.
1Th 2:16  pues procuran impedir que prediquemos a los gentiles para que sean salvos.  Así en todo lo que hacen llegan al colmo de su pecado.  Pero el castigo de Dios vendrá sobre ellos con toda severidad.*
Sin lugar a dudas todo tiene su consecuencia, como el vivir en la verdad tiene consecuencia vida eterna, así mismo el vivir en la mentira y el engaño conducen a la destrucción.
1Th 2:17  Nosotros,  hermanos,  luego de estar separados de ustedes por algún tiempo,  en lo físico pero no en lo espiritual,  con ferviente anhelo hicimos todo lo humanamente posible por ir a verlos.
El vínculo espiritual permanece aun cuando no se esté presente, pues es un lazo que nos une como una familia, de modo que siempre se procurara hacer todo lo posible por servir, amar, exhortar y animar para el bienestar de todo creyente.
1Th 2:18  Sí,  deseábamos visitarlos --yo mismo,  Pablo,  más de una vez intenté ir--,  pero Satanás nos lo impidió.
Satanás ha intentado impedir que la obra continúe su desarrollo y crecimiento, pero su intervención también permitió que esta carta fuese escrita para gloria de Dios, y para alimento espiritual de todo creyente. Aunque a Satanás se le permita obrar, siempre el propósito de Dios continuara presente y se hará evidente, aunque no podamos verlo en el momento.
1Th 2:19  En resumidas cuentas,  ¿cuál es nuestra esperanza,  alegría o motivo* de orgullo delante de nuestro Señor Jesús para cuando él venga?  ¿Quién más sino ustedes?
¿Cuál es la esperanza, la alegría o el motivo de orgullo para aquel que sirve a Dios? ¿Sera tener un templo más grande?, ¿será tener más gente?, de seguro: No. Más que el ver una gran multitud, se necesitan creyentes sanos en sus emociones, animados, restaurados y afirmados en la verdad, lo cual nos debe llenar de orgullo por ver la obra de Dios confirmada en su iglesia.
1Th 2:20  Sí,  ustedes son nuestro orgullo y alegría.

Que orgullo y alegría el saber que existen creyente fieles, firmes y verdaderos que esta dispuestos a amar, servir y entregarse como padres espirituales, enviados por Dios con un propósito, que aunque pueda parecer frustrado, la obra de Dios siempre continuara adelante.

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